Hatchback y sedán Honda Accord II

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En 1981, la empresa japonesa Honda mostró al público el Accord de segunda generación, resultado de una profunda modernización de su predecesor, y su producción se instaló no solo en Japón, sino también en Estados Unidos. Dos años más tarde, el automóvil pasó por una modernización planificada, como resultado de lo cual recibió pequeños cambios externos e internos, un sistema de inyección electrónica en los motores y equipos previamente no disponibles.

De esta forma, se produjo hasta 1985, después de lo cual fue reemplazado por un modelo de tercera generación.

"Accord" de la segunda generación es un automóvil de clase compacta, que se ofreció en las carrocerías de un hatchback de tres puertas y un sedán de cuatro puertas.

La longitud total del "japonés" es de 4410 a 4455 mm, de los cuales 2450 mm caen en la distancia entre los ejes, su ancho es de 1650 a 1665 mm y su altura no supera los 1375 mm.

En estado replegado, la distancia al suelo del vehículo se fija en 165 mm.

Especificaciones. Bajo el capó del "segundo" Honda Accord, se instalaron carburadores de gasolina "cuatro" con cilindros en línea de 1.6 litros con una capacidad de 80 a 88 caballos de fuerza, así como cuatro cilindros "atmosféricos" con inyección de combustible distribuida de 1.8 litros, produciendo 101 "caballos".
En conjunto con las unidades, funciona una transmisión manual de 5 velocidades o automática de 4 bandas, a través de la cual se suministra toda la tracción a las ruedas del eje delantero.

La base del Honda Accord de segunda generación es una plataforma de tracción delantera con suspensiones independientes de ambos ejes; tanto la parte delantera como la trasera están montadas con amortiguadores McPherson. Hay un servomotor hidráulico en el dispositivo de dirección, y el sistema de frenado implica la presencia de mecanismos delanteros de disco y traseros de tambor (en 1983 se complementaron con ABS).

Entre las cualidades positivas del "segundo Accord" se encuentran un buen equipamiento (al menos para los coches de esa época), un diseño fiable, un interior bastante espacioso, un chasis cómodo, frenos eficaces y un mantenimiento de bajo coste.
Al mismo tiempo, no estuvo exento de inconvenientes: asientos incómodos, la necesidad de comprar muchas piezas de repuesto por encargo y un alto consumo de combustible.

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